Asamblea General de 2011
La Asamblea General de la OINA, en su reunión anual de 2011 en la ciudad de Viena (Austria), desea resaltar enfáticamente y resuelve para este año continuar con el desarrollo de sus tres pilares que constituyen la filosofía, cultura y voluntariado:
Reafirmando nuestra convicción de que la filosofía y el acceso al conocimiento no sólo deben ser teóricos sino que deben tener un sentido práctico que nos permita afrontar la vida con sabiduría y, como nos han legado las enseñanzas de los filósofos clásicos, podamos alcanzar la felicidad a través de la comprensión de nosotros mismos y del respeto hacia los otros, como una señal de verdadera convivencia que nos haga a todos más humanos y más tolerantes.
Reafirmando el valor de la cultura como el fundamento necesario para que el conocimiento de la historia de la humanidad nos dote de los instrumentos necesarios para comprender mejor nuestro momento histórico y avanzar hacia el futuro con proyectos prácticos que doten a los seres humanos y, en particular, a las nuevas generaciones, del acceso a la educación de una manera genérica, sin discriminaciones de ningún tipo, con el fin de alcanzar valores éticos, morales y permanentes que refuercen la dignidad humana y la protección de sus más elementales derechos de vida y convivencia.
Reafirmando la necesidad de brindar de un modo altruista nuestras energías y nuestro apoyo, por medio de las acciones del voluntariado, que nos permitan ayudar a aquellos que, en la indigencia, la falta de conocimiento, la falta de medios, no alcancen a acceder a los más elementales fundamentos de la supervivencia. Esta ayuda no sólo debería brindarse al medio humano sino también al medio ambiente, dado que este último resulta el soporte necesario para la habitación del primero, pues el planeta es la casa de todos.
En este sentido, y del mismo modo que en años anteriores, la Asamblea General de la OINA se reafirma en su convicción de seguir apoyando las iniciativas de las diferentes Organizaciones Internacionales y a las Organizaciones no gubernamentales que, del mismo modo que la OINA, trabajan denodadamente por mejorar la salud del planeta y la convivencia entre los seres humanos que lo habitan. Por ello, nos reafirmamos en continuar la labor de apoyo a la conmemoración de efemérides de carácter internacional que, más allá de una mera proclamación necesitan de organizaciones como la OINA, y otras tantas en el mundo que apoyen estos cometidos fomentando la colaboración internacional por alcanzarlos.
Teniendo en cuenta que el año 2011 ha sido declarado el Año Internacional del Voluntariado, y que la Organización de las Naciones Unidas elaborará un Informe sobre el Estado del voluntariado en el mundo, promoviendo un debate sobre el voluntariado a nivel planetario.
Teniendo en cuenta que el voluntariado es un medio para hacer frente a la reducción de la pobreza, el desarrollo sostenible, el cambio climático, la prevención de desastres en el marco que han señalado la Declaración del Milenio y los Objetivos de desarrollo del Milenio de las Naciones Unidas.
Sin olvidar que además de las Naciones Unidas, la Unión Europea ha declarado, también, consecuentemente el Año Europeo del Voluntariado donde, en particular, los miembros y asociaciones adherentes en Europa realizan desde hace decenas de años una importante labor de voluntariado.
Resolvemos continuar con la ingente labor de voluntariado que desarrolla la Organización Internacional Nueva Acrópolis en más de cincuenta países, tal como se viene reflejando anualmente en el Anuario Internacional publicado en español e inglés y distribuido en todo el mundo. Apoyar a todas las asociaciones federadas a la OINA con el fin de cubrir del modo más efectivo posible las relaciones entre la sociedad civil y las instituciones para que la efectividad de la acción del voluntariado pueda cubrir y paliar las grandes deficiencias sociales y culturales que afronta la humanidad en el actual milenio.
Recordar que la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó por Resolución (A/RES(61/193) que se declarara al año 2011 el Año Internacional del los Bosques, con el fin tomar conciencia de que los bosques son parte integrante del desarrollo sostenible del planeta por los beneficios económicos, socioculturales y ambientales que proporcionan.
En este sentido los miembros y asociaciones adheridas a la OINA vienen realizando desde hace más de veinte años campañas de forestación en los distintos continentes donde actúan y, por tanto, recomienda encarecidamente continuar con esta importante labor, y hacerlo particularmente en este año dedicado a los bosques con el mismo o mayor énfasis si cabe que en años anteriores. Sin olvidar, la importantísima labor realizada por la OINA durante la década pasada, y también en esta reciente década que acaba de comenzar, de efectivas campañas de prevención de incendios, de reforestación ante desastres naturales y de custodia de bosques realizadas por voluntarios de las organizaciones de Nueva Acrópolis en diferentes países con grandes masas arbóreas, así como las campañas de educación ambiental que se han venido desarrollando últimamente con evidente efectividad en la prevención y protección de nuestros bosques que son el pulmón de nuestro planeta.
Recordando que la Organización de Estados Americanos ha declarado al año 2011el Año Internacional de la Cultura, con el fin de promover la educación y la cultura en Iberoamérica.
Se destaca que la importante labor en pro de la cultura y la educación que se está realizando por Nueva Acrópolis en todo el mundo y, en particular, en los países latinoamericanos, es un reflejo de la concienciación que tienen sus miembros adherentes de que cultura y educación son dos pilares fundamentales de la paz, la tolerancia y la convivencia. En esta línea de actuación, se recomienda a los miembros y asociaciones adherentes que continúen con esta labor en pro de la cultura y de la educación completando en los países iberoamericanos el impulso dado por la Organización de Estados Americanos.
Por otra parte, la Asamblea General de la OINA reafirma su convicción en seguir trabajando en el desarrollo de los valores morales y éticos, que es una de sus objetivos fundacionales, ya que constituyen el soporte fundamental de la formación del carácter y permiten a los seres humanos la comprensión de la humanidad como una hermandad de voluntades, donde todos y todas pertenecemos a la misma familia, no de un modo especulativo y teórico, sino de una manera efectiva que nos haga partícipes tanto del dolor como de la felicidad ajena, para que ello nos permita caminar juntos en la construcción de un mundo mejor y más habitable.