«El auténtico karate, el karate-do, se esfuerza internamente por entrenar la mente. Mente y técnica deben ser uno en el verdadero karate-do» (Gichin Funakoshi).
Actualmente, al karate-do moderno se le conoce como un arte japonés y, ciertamente, es así, pero veamos algunos de los antecedentes históricos que existen sobre el origen y lugar de procedencia del karate-do, como actualmente se le llama a este arte marcial.
Sin duda, este no es el nombre con el que se le conocía en el pasado; se fue modificando con el paso del tiempo, hasta quedar como popularmente se le conoce hoy día, karate. En diciembre de 1933, en Japón, se cambió el ideograma «Kara», que hasta entonces quería decir «China» (dinastía Tang 618-907), por «Kara» como «vacío», y se agregó el ideograma «Do» como «camino».
Antecedentes históricos
Según algunas versiones, nos dicen que, entre los años 580 y 618, llega a Okinawa la primera expedición proveniente de China (año 607 d. C.). Se iniciaron entonces los primeros intercambios culturales y comerciales entre ambos pueblos.
Se cree que en esta época llegan los primeros monjes shaolin, con los que pudieron ser transmitidas algunas de las enseñanzas de Bodhidharma, comenzando así a arraigarse en Okinawa este arte que ellos poseían, adaptándose rápidamente a la propia cultura isleña. Quinientos años después (1100 d. C.), fueron exiliados de Japón los samuráis del derrotado clan Minamoto, quienes se radicaron en Okinawa, atribuyéndoles a ellos la introducción en la isla de las tradiciones de combate.
En el año 1370, el reino de Ryukyu, en Okinawa, abrió definitivamente las puertas de las islas a las influencias chinas. Entonces al arte marcial de Okinawa se le denominó Tode (‘mano china’).
Pocos años después, en 1393, China envía a Okinawa un gran número de emigrantes,El Arte del Karate-do eruditos, artesanos, comerciantes, médicos, educadores, astrólogos y maestros de Chuan- Fa, a los que se conoció como las 36 familias, quienes se establecieron en Kumemura, cerca de Naha. Estas delegaciones, una vez asentadas, debieron de incluir sobre los habitantes de Okinawa.
También se conoce que las islas de RyuKyu eran un Estado tributario de China, y hubo periodos de frecuente contacto entre ellas y Fukien en el continente. Debió de ser muy natural que el kempo chino fuera importado a las islas.
De este modo nacieron los precursores del karate-do: el Okinawa-te (mano de Okinawa) y el Tode (mano de T`ang-china).
El mismo Funakoshi cita en sus escritos que, durante mucho tiempo, Okinawa comerciaba con la gente de la provincia de Fukien, en el sur de China, y que posiblemente de ahí fue desde donde se introdujo el Kempo (boxeo) chino de las islas.
A comienzos de 1600, una nueva incursión de samuráis invade y conquista Okinawa. Esta dominación y control por parte de los nipones duraría hasta 1879, cuando finalmente el rey de Okinawa, Sho Tai, abdicó, y la isla pasó a formar parte del Imperio japonés. Se prohibió entonces el uso de las armas a los okinawenses, y se pretendió erradicar la práctica del Tode.
Isla de Okinawa
La raíz de la mayoría de los estilos de karate que se desarrollaron en Okinawa se encuentra en la conexión Sakuwaga-Matsumura, importantes maestros de la época.
Se desarrollaron tres centros de estudios importantes de karate en Okinawa en el siglo XVIII. Uno de ellos estaba en la antigua capital de Shuri, donde vivían los nobles y la familia real. El segundo centro se formó en Naha, en el puerto principal de la isla, y el tercero en Tomari. En cada una de estas ciudades se desarrolló su propio estilo.
Nacieron así las primeras escuelas o estilos, como el Shuri-te, el Naha-te y el Tomari-te, precursores de las actuales líneas de karate-do, como la escuela Shorin (Shuri-te) y la escuela Shorei (Naha-te). La línea de Tomari, nalmente, se fundiría en las otras dos escuelas.
Shuri-Te
Todei Sakugawa, cuyo nombre significa ‘experto del arte del combate chino’, fue considerado como uno de los maestros más antiguos de Shuri-Te. Debido a que vivía en esta ciudad, tenía casi setenta años cuando un niño llamado Matsumura empezó a entrenar con él, convirtiéndose en su mejor alumno. Luego de la muerte de Sakugawa, Matsumura llegó a ser el mejor instructor de Shuri-Te. Este estilo fue influenciado por los estilos duros de Shaolin.
Tomari-Te
Tomari está cerca del pequeño pueblo de Kumemura, que estaba habitado por un gran número de militares entrenados en distintos estilos de artes marciales. Entre todos estos estilos había sistemas duros descendientes del templo de Shaolin, al igual que estilos internos que procedían de otros lugares de China, por lo que el Tomari-Te fue influenciado tanto por estilos duros como suaves. Uno de los primeros maestros de Tomari-Te fue Kosaku Matsumora, quien enseñaba en secreto su arte.
Naha-Te
De los tres estilos significativos de aquella época en Okinawa, el Naha-Te era el estilo que más fue influenciado por los sistemas internos chinos y el que menos contacto ha tenido con la tradición de Shaolin.
Es innegable, como dice Funakoshi, que los habitantes de Okinawa practicaron artes marciales bajo la dirección de maestros chinos. Y muchos maestros de Okinawa siguieron viajando entre RyuKyu y China, haciéndose mención de que les transmitieron enseñanzas que eran excelentes y beneficiosas.
Funakoshi dice que, en un principio, las dos escuelas de boxeo chino se asociaron con las dos de Okinawa, Shorin-Ryu y Shorei-Ryu, pero la verdadera relación que existió entre ambas se perdió hace mucho en las tinieblas del tiempo. Lo mismo puede decirse de las escuelas Shuri-te y Naha-te.
Con posterioridad, la escuela de la ciudad de Shuri (Shorin) evolucionó hasta convertirse hoy en día en los estilos Shotokan, Shito Ryu y sus derivados.
De la misma forma, las escuelas de la ciudad de Naha (Shorei), de marcada influencia del templo Shaolin del sur de China y de la ciudad portuaria de Fukien, evolucionó hasta transformarse en los actuales estilos Goju Ryu, Uechi Ryu y sus derivados.
Muchos fueron los maestros que contribuyeron a la transmisión de estos conocimientos marciales, y a crear las bases del futuro karate-do, de los cuales citaremos algunos de ellos.
Chantan Yara (1668-1746), uno de los primeros en difundir las artes marciales en Okinawa, fue maestro de Sakugawa (1733-1815), quien es considerado responsable de la sistematización del Tode, e introdujo el concepto de Dojo (lugar donde se aprende el camino) y la confección de los primeros principios del Dojo Ku.
En 1748 llega a Okinawa «Kung Hsiang Chun», maestro chino más conocido como KushanKu, quien era un agregado militar chino en las islas. Este personaje influenció notablemente el desarrollo del arte marcial okinawense; de ahí viene el nombre del «Kata Kusanku».
A Matsumura Sokon (1797-1891), influyente miembro de la corte del rey de Okinawa, se le otorgó el título de Bushi. Fue un samurái que sirvió en la corte del rey, reconocido por su gran maestría y sabiduría.
Anko Itosu y Anko Azato (1827-1915) fueron ambos maestros del conocido padre del karate-do moderno Gichin Funakoshi.
Kenwa Mabuni (1889-1952) fue el alumno más avanzado del maestro Itosu, que creó el estilo Shito Ryu.
Aragaki Seisho (1840-1918) estudió en China con los maestros Ryu Ryu Ko y Wai Xin Xian. Introdujo los Katas Sisoochin, Niseishi y Unshu.
Gichin Funakoshi (1868-1957) unió los dos estilos diferentes de sus maestros, Anko Itosu y Anko Azato.
Uechi Kambun (1877-1948) es otro importante maestro para la historia del karate-do en Okinawa. Estudió en la localidad china de Fochow, estilo «Puño de Tigre», con el maestro Zhou Zhi, Shu Shi Wa en japonés.
Y, por último, cabe mencionar a Go Ken Ki (1886-1940), que fue otro maestro chino muy importante debido a sus aportes en el desarrollo del karate-do, especialmente en los estilos practicados en Naha. Comerciante de té y también proveniente de Fuchou, se dice que era maestro de Hakutsuru-Ken (Puño de la Grulla Blanca) y desarrolló una profunda amistad con los maestros okinawenses de la época, compartiendo enseñanzas y entrenamientos.
A mediados y finales del siglo XIX existía un marcado enfrentamiento entre expertos en combate orgullosos de sus raíces chinas (chu ́an fa) y aquellos que reclamaban que su arte marcial tenía ya un carácter propio de Okinawa.
Funakoshi tuvo la fortuna de estudiar los puntos fuertes de ambas posturas, ya que el maestro Azato, gran estudioso de la escuela Wag Yang Ming de confucionismo y experto en Karate Shorei, le enseñó la raíz más apegada a lo chino, mientras que su otro maestro, Itosu, era un gran exponente de la línea Shorin, que para entonces acusaba matices propios de Okinawa. Funakoshi optó por fusionar ambas visiones y hacerlas trabajar a su favor.
Clandestinidad del karate-do
El Okinawa-te, como forma de lucha, fue prohibido en muchas ocasiones, como también se prohibió el uso de armas. La práctica del karate, por aquel entonces, se tenía que realizar de forma clandestina, puesto que, por causa de la ocupación japonesa, se le había prohibido a la población practicar cualquier tipo de combate con o sin armas.
La transmisión de este arte era prácticamente en secreto. Los antiguos maestros, por lo que se sabe, apenas tenían discípulos. El mismo Funakoshi, el padre del karate-do, cuenta cómo cada noche iba a casa de su maestro Anko Itosu para practicar y ser instruido en los secretos de este arte y en los clásicos chinos.
Apertura y expansión del karate-do
Fue en los años de posguerra cuando nacieron la gran mayoría de los estilos y escuelas conocidas en la actualidad. A partir de entonces, el karate-do se ha expandido prácticamente por todo el mundo.
En general, el termino karate, como se le suele mencionar, engloba muchos estilos que se practican hoy día, desde el Wa do Ryu hasta el Go ju Ryu, Kyokushinkai, Shoto Kan, Shoto Kai , Shorei Ryu, Shito Ryu , y un largo etcétera.
En 1956 se creó la Asociación Shotokai, de karate-do, dedicada a preservar el auténtico espíritu del karate, a diferencia de la NKK (Nipón Karate Kyokai), que rápidamente se convirtió en sinónimo de karate deportivo.
A partir de ese momento se fueron formando dos corrientes; la primera busca mantener las tradiciones marciales del antiguo Japón. La segunda busca el desarrollo del karate-do como una disciplina deportiva.
En cuanto a las diferencias técnicas de los distintos estilos de karate-do hoy día, técnicamente, son muy similares. Aunque cada uno guarda sus propias características, varían en las posiciones del cuerpo: pueden ser más altas, más bajas, más largas, o incluso una combinación de ambas, donde el centro de gravedad cambia. Podríamos decir que hace tiempo que se perdió el sentido de unidad en el karate-do, pues todos se reafirman en sus diferencias técnicas.
El maestro Funakoshi presentó siempre su arte como una técnica guerrera no destinada al combate real, sino como medio de llegar a la verdad.
Considero que sería de gran interés estudiar el trabajo realizado por uno de los discípulos de Funakoshi, Sigeru Egami, que, después de cuarenta años de práctica, se replanteó todo desde el principio en la búsqueda de la verdad.
Uno de los elementos distintivos del karate son los Katas. Estos guardan algunos de los conocimientos más internos. Recordemos que el mismo Funakoshi repetía en casa de sus maestros una y otra vez el mismo Kata. Este es un trabajo de vaciamiento mental, de calma interna. Considero que hay una clara influencia zen, se trata de eliminar todos los obstáculos mentales que nos impiden llegar a nuestro centro-corazón, abstraerse de todo lo que nos rodea, poder vivir el silencio y la quietud interior.
Significado de karate-do
Kara: en su acepción más simple, significa vacío absoluto, sin obstáculos, de ahí esa idea de vaciarnos, vaciar la mente, que tanto nos cuesta, de miedos, prejuicios, dudas, temores, etc. Es el elemento indispensable para seguir aprendiendo, vaciarnos para llenarnos.
Te: en japonés significa ‘mano, sin armas’, representa la técnica, el medio a través del cual aprendemos lo referente a los patrones del movimiento.
Do: significa ‘camino, vía, sendero’, sería el camino interno que todo practicante debe realizar para su propio perfeccionamiento. Podríamos traducir este término como ‘camino ascendente hacia el fuego, hacia el conocimiento’. El ideograma que lo representa tiene una forma de pie, que nos indica el camino; encima del pie hay una escalera, que representa un ascenso, un subir; coronando esa escalera hay un fuego-conocimiento.
En realidad, todas las artes marciales japonesas y las artes en general de Japón, véase ikebana, caligrafía y la ceremonia del té, se han visto imbuidas de las distintas filosofías, sobre todo del sintoísmo, el confucianismo y el zen.
Estas filosofías han marcado el carácter de muchas de las artes marciales y de las artes en general de Japón. Hay una constante búsqueda de la perfección a través de todas ellas, en las que cobra gran importancia la concentración mental y la búsqueda del Centro.
Miguel Montes López