A modo de introducción
Sabemos por la teoría de sistemas o la ecología evolutiva que el grado de mayor desarrollo de un sistema (un ecosistema, por ejemplo) viene definido por el valor de su diversidad, la cual, cuando es mayor, define escenarios de mayor fortaleza frente a cambios y distorsiones. Todas las especies que constituyen el sistema contribuyen a su estabilidad, y su unidad depende de los innumerables vínculos establecidos en el seno de su diversidad. Este axioma lo encontramos en cualquier organización dentro de la naturaleza: grupos familiares, manadas, poblaciones, comunidades de especies, etc. Y a nivel individual, en la organización de un organismo, de una célula, del material genético.
Fernando Schwarz