Asamblea General de 2010
La Asamblea General de la OINA, en su reunión anual de 2010 en la ciudad de Chincha (Perú), resuelve para este año:
Recordar su compromiso con la cultura de la paz y la no violencia, tal como se ha definido por la Organización de las Naciones Unidas con ocasión del Decenio internacional para la promoción de la cultura de la no violencia y de la paz, en beneficio de las generaciones futuras. Esta cultura se fundamenta en los valores, actitudes y comportamientos que se reflejan e inspiran en la interacción social y en el espíritu de solidaridad, basados en los principios de libertad, justicia y democracia, que permitan resolver los conflictos existentes en la Comunidad internacional, gracias al análisis de sus causas profundas, utilizando el diálogo y la negociación.
Animar a los miembros y las asociaciones adherentes a participar plenamente en el proceso de desarrollo de la sociedad, a través de la educación por medio de la filosofía, que implica reflexión y acción, y ofreciendo un ejemplo de convivencia en armonía.
Solidarizarse con la Declaración de la Asamblea General de las Naciones Unidas del 17 de diciembre de 2007, que declara al año 2010 como el Año Internacional del acercamiento de culturas, y recomendar a los miembros y asociaciones adherentes organizar encuentros y actividades, a lo largo de este año, sobre el diálogo interconfesional e intercultural, así como sobre la cooperación a favor de la paz, que generen un diálogo a alto nivel y/o un intercambio con la sociedad civil.
Promover la imagen de la Asociación Internacional OINA como un ejemplo del acercamiento entre culturas, ya que con su presencia en más de cincuenta y cinco países del mundo, ha logrado fomentar un intercambio fluido y profundo entre los miembros de sus asociaciones adherentes por medio del estudio de la filosofía, demostrando los efectos benéficos que tiene la diversidad cultural y el intercambio de experiencias entre diferentes culturas.
Destacar que los problemas que oprimen al mundo de hoy a través de las crisis económicas, sociales y medioambientales, que han demostrado un impacto y amplitud sin precedentes, reclaman la necesidad de un debate, un diálogo y un intercambio de ideas entre todos los pueblos del mundo que de lugar al nacimiento de un Nuevo Humanismo para el siglo XXI y los siglos futuros.
Recordar que el 2010 será, también, el Año Internacional de la Biodiversidad, ya que la Organización de las Naciones Unidas ha lanzado un llamamiento, recordando que el ser humano forma parte de la naturaleza y que su destino está íntimamente ligado a la biodiversidad en todo el planeta. La organización de las Naciones Unidas recuerda, también, que la riqueza que aporta la diversidad corre el peligro de desaparecer de manera acelerada como consecuencia de las actividades humanas que nos afectarán a todos, sin excepción, por el deterioro alarmante de los sistemas de vida que provoca el cambio climático.
Recomendar la promoción de todos los programas y acciones que permitan proteger la irremplazable riqueza de la vida natural, con el fin de reducir la pérdida de la biodiversidad, recordando que resulta vital para el bienestar presente y futuro de la humanidad, con el fin de mantener el equilibrio de la vida en la tierra.
Unirnos al sufrimiento de las víctimas de los recientes terremotos de Haití y de Chile, recordando, no sólo la necesidad de promover la puesta a punto de equipos de socorro y rescate para ayudar y curar a las víctimas, sino, también, ayudar y enseñar a las poblaciones dañadas a efectuar la reconstrucción dentro de un espíritu de solidaridad.
Recordar que estos desastres naturales nos señalan la fragilidad de nuestro planeta y la relatividad de la vida, y la necesidad de los seres humanos de dar lo mejor de sí mismos al servicio de la humanidad.